Apéndice S:
La descarada falta de respeto de los
cronologistas seglares hacia la Biblia.
Wikipedia dice: “Péqah (´ojo-abierto´), fue un rey de Israel, el hijo
de Remalías, y un capitán en el ejército de Peqahías, rey de Israel. William F.
Albright ha datado su reinado de 737 ac.-732 ac. Mientras E. R. Thiele ofrece
las fechas 740 ac.-732 ac. Aunque en el libro de los Reyes se dice que Péqah
reinó veinte años tal duración no tiene apoyo en las crónicas asirias, las
cuales muestran que Menahem fue hecho rey en 740 ac. Y Hosea en 732 ac.”
¿Se
dio cuenta de cómo la Biblia es puesta en segundo lugar cuando se trata de
establecer la cronología seglar? Cuando los veinte años que dice la Biblia que
Péqah gobernó no coinciden con la cronología asiria, adivine a quién se le
cree. Una pista: No a Jeremías. Así, los veinte años de gobernación de Péqah
son reducidos a tan sólo seis o nueve años por los cronologistas seglares
debido a que ellos prefieren creer en las exageraciones de adoradores de
ídolos, paganos, astrólogos, y reyes, en vez de en la Biblia, que es la palabra
de Dios. El resultado es una diferencia de entre once y catorce años entre la
Biblia y la cronología seglar.
¡Pero
espere!, aún hay más. ¿Qué se puede decir acerca de Hosea?
La
Biblia dice que él gobernó nueve años antes de su vasallaje a Asiria, y
después gobernó nueve años más como vasallo, haciendo un total de dieciocho
años. “¡Equivocado de nuevo!”, dicen los cronologistas seglares. Hosea gobernó
solamente nueve u once años según ellos.
En
línea con esto Wikipedia dice que: “Hosea (´salvación´) fue el último rey de
Israel e hijo de Elah. William F. Albright ha datado su reino de 732 ac.-721
ac., mientras que E. R. Thiele ofrece las fechas 732 ac.-722 ac.”
Los restantes nueve o siete años no son
tomados en cuenta. Así que tenemos una diferencia de siete o nueve años. Añada
esto a los previos once o catorce años borrados de Péqah ¿y qué tenemos?
Tenemos veinte o veintiún años de cronología bíblica tirados a la basura por
cronologistas seglares que favorecen los registros exagerados e incompletos de
astrólogos y adoradores paganos.
Pareciera que cuando hay un conflicto entre los registros antigüos de
naciones paganas y la Biblia, estos cronologistas seglares prefieren siempre
poner su fe en antigüos astrólogos y en las exageraciones de sus reyes que en
la palabra de Dios.
¡Cuán
tonto es poner a estos registros incompletos por encima del registro bíblico!,
¡cuán hipócrita es el que ellos acusen a los testigos de Jehová de ignorar
completamente la concordancia de la lista de los reyes asirios, babilonios,
egipcios, y judíos, simplemente para insistir en que Jerusalén fue desolada
setenta años, desde 607 aec. hasta 537 aec.!
Los
cronologistas seglares, como Thiele, han mostrado ser intelectualmente
deshonestos. En vista de lo anterior parece una completa tontería el creer
ciegamente en cada cálculo de dichos cronologistas seglares. Para ellos no hay
ningún problema en pública y descaradamente ignorar a la Biblia a favor de
escritos no inspirados.
No
nos extrañaría nada si descubriéramos que hay cierta cantidad de años de
gobierno de reyes babilonios, entre Nabucodonosor y la caída de Babilonia, que
hayan sido movidos a otros lugares en la línea temporal babilonia anterior a
Nabucodonosor. No nos sorprendería encontrar que algunos de los reyes conocidos
gobernaron durante periodos más largos de lo que actualmente se ha querido
hacer creer, todo por seguir manteniendo sus actuales creencias.
¿Qué
piensa hacer usted?, ¿creer en los santos escritos inspirados de la palabra de
Dios, o en registros incompletos que, además, frecuentemente son meras copias
de -quizá- registros originales? ¡Y además tenemos que creer que los
cronologistas seglares están interpretando las pruebas con honestidad y
haciendo sus cálculos concienzuda y acertadamente! Pero ya sabemos cómo actúan
ellos. Los cronologistas seglares, incluido el señor Thiele, no tienen ningún
problema en poner esos escritos por encima del registro bíblico.
Podemos imaginarnos la conversación entre dos cronologistas seglares que
intentan calcular la duración de los gobiernos de reyes antigüos:
Primer cronologista seglar: Veamos. Esta tablilla asiria dice que
Hosea gobernó por once años; por lo menos eso es lo que me parece que dice.
¿Esto te parece a ti un “11”?
Segundo cronologista seglar: No sé. La Biblia dice que gobernó
dieciocho años.
Primer cronologista seglar: ¿La Biblia? No vas a darle más credibilidad a
eso que a este fragmentario e incompleto documento que es copia de un original,
¿verdad? ¿Qué no sabes que esta tablilla fue copiada por José el Astrólogo?, ¡y
estaba copiando las palabras del poderosísimo rey El Exagerado! ¡Este documento
es más exacto que la Biblia!
Segundo cronologista seglar: ¡Ah sí!, ¡ahora entiendo tu punto!, ¡tonto
de mí! Está bien, Hosea reinó once años... pero eso descompone el gobierno de
Péqah. La Biblia dice que el gobernó
veinte años.
Primer cronologista seglar: No hay problema. Hagamos que Péqah
gobierne sólo seis años. Tenemos que hacer que ese periodo coincida con esta
copia fragmentada de la tablilla del historiador Nariz Café; él era consejero
del rey Yo-Construí-Eso. Seguro que sus cálculos no son exagerados.
Segundo cronologista seglar: Sí. La verdad debe salir a la luz. ¿Cómo
puede alguien creer en la Biblia?, ¡es tan inexacta! ¿Inspirada de Dios?, ¡Sí,
cómo no!, ¡ni siquiera armoniza consigo misma!, y es menos confiable que lo que
el rey Borra-Su-Nombre-Y-Pon-El-Mio-En-Su-Lugar dijo sobre si mismo.
Primer cronologista seglar: Y además no olvides que, a fin de cuentas,
nadie puede cuestionarnos a nosotros, porque somos las más expertas autoridades
en historia antigüa.
Segundo cronologista seglar: ¡Bien dicho, amigo mio!, ¡muy bien dicho!
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