2-
¿Está Jerusalén incluida en los setenta años de desolación?
Cuando
los setenta años estaban a punto de terminar el profeta Daniel dijo: “En el
primer año de Darío [539/538 aec.] quien había sido hecho rey sobre el reino de
los caldeos; en el primer año de reinar él [sobre los judíos como rey de
Babilonia], yo mismo, Daniel, discerní por los libros el número de los años
acerca de los cuales la palabra de Jehová había ocurrido a Jeremías el profeta,
para cumplir las devastaciones de Jerusalén, a saber, setenta años”
Daniel 9.1,2.
Note
que Daniel dijo que había discernido esto leyendo los “libros”, la
palabra que le “había ocurrido a Jeremías”. Hoy aquellas palabras de
Jeremías que Daniel leyó se encuentran en el capítulo 25 de Jeremías. Ahí
Jeremías dice: “Y toda esta tierra tiene que llegar a ser un lugar
devastado, un objeto de pasmo, y estas naciones tendrán que servir al rey
de Babilonia setenta años […] a Jerusalén y a las
ciudades de Judá y sus reyes, sus príncipes, para hacerlos
un lugar devastado, un objeto de pasmo, algo de qué silbar y una
invocación de mal” Jeremías 25.11,18
Sí,
Daniel leyó en Jeremías que cuando “toda” esa tierra -sí, incluida “Jerusalén”
con sus “reyes” y “príncipes”- se convirtiera en una devastación
tendrían que transcurrir setenta años. Esto es claramente lo que dice.
Sin
embargo algunos apóstatas argumentan que sólo la tierra de Judá fue
devastada por setenta años, pero que su ciudad capital no era parte de la
profecía sino solamente la tierra que la rodeaba. Esa es la manera en
que ellos difunden el hecho de que su cronología seglar dice que Jerusalén
solamente estuvo en ruinas por cincuenta años. ¿Tiene apoyo bíblico dicha
teoría?
¿Cuándo comienzan los setenta años?
En la
misma profecía en la que Jeremías habla de Nabucodonosor viniendo para destruir
a su gente y donde “estas naciones tendrán que servir al rey de Babilonia
setenta años”, él específicamente menciona cuándo empezaría la “calamidad”.
¿En qué parte?
Él
dice: “Es con la ciudad sobre la cual se llama mi nombre con que estoy
comenzando en cuanto a traer calamidad” (Jeremías 25.29). No, no es
sobre la tierra que rodea la ciudad, ni sobre ninguna otra nación, sino sobre
la ciudad de Jerusalén misma es donde la “calamidad” comenzaría: “La
ciudad sobre la cual se llama mi nombre”.
¿Pero
podría esta calamidad referirse a un simple ataque o al destierro de un pequeño
grupo de exiliados? No. Para dejar las cosas perfectamente claras la “calamidad”es
descrita. Unos pocos versículos más adelante se nos dice: “Una calamidad va
a salir de nación en nación, y una gran tormenta misma será levantada desde las
partes más remotas de la tierra. Y los muertos por Jehová ciertamente llegarán
a estar en aquel día desde un extremo de la tierra hasta el mismísimo otro
extremo de la tierra” (4). Sí, éste no fue el comienzo de ningún
reinado como vasallo sino la sangrienta destrucción de Jerusalén, en la cual “estoy
comenzando en cuanto a traer calamidad”, dice Jehová.
Ezequiel, en una visión, también confirma que el juicio comenzó con
Jerusalén. “Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén
[…] Pasen por la ciudad detrás de él y hieran. No se sienta apenado su ojo, y
no sientan ninguna compasión […] desde mi santuario deben comenzar”
(Ezequiel 9.4-6). No, el juicio no comenzó en los alrededores de Judá dejando a
la ciudad de Jerusalén intacta. La profecía no podía ser más clara: El juicio
comenzó en Jerusalén, con el azote y asesinato de sus habitantes.
Las
profecías claramente fijan el inicio de los setenta años de desolación y
servidumbre comenzando con la destrucción de una ciudad: Jerusalén.
¿Cuándo se fue Judá al exilio?
Hay
más pruebas de que Judá se fue al exilio únicamente a partir de que Jerusalén
fue destruida y no antes; ¿en dónde se encuentran esas pruebas? En el capítulo
25 de 2 Reyes. Primero nos informa que Jerusalén había sido destruida:
“Y
en el mes quinto, al séptimo día del mes, es decir, el año diecinueve del
rey Nabucodonosor el rey de Babilonia, Nebuzaradán el jefe de la
guardia de corps, el siervo del rey de Babilonia, llegó a Jerusalén. Y procedió
a quemar la casa de Jehová y la casa del rey y todas las casas de
Jerusalén; y la casa de todo hombre grande la quemó con fuego. Y en
cuanto a los muros de Jerusalén, todo en derredor, […] los
demolió”. (5)
Ahora
observe si puede deducir, en los versículos siguientes, cuándo Judá se fue al
exilio:
“Y
de la ciudad tomó a un oficial de la corte que tenía los hombres de guerra a su
mando, y a cinco hombres de los que tenían acceso al rey que se hallaban en la
ciudad; y al secretario del jefe del ejército, el que reunía con fines
militares a la gente de la tierra, y a sesenta hombres de la gente de la tierra
a quienes se halló en la ciudad; y luego los tomó Nebuzaradán el jefe de la
guardia de corps y los condujo al rey de Babilonia en Riblá. Y el rey de
Babilonia procedió a derribarlos y a darles muerte en Riblá, en la tierra de
Hamat. Así Judá se fue al destierro de sobre su suelo”. (6)
Así
es. Judá no fue llevada al exilio antes que la ciudad de Jerusalén. Fue después
que Jerusalén fue destruida que “Judá se fue al destierro de sobre su suelo”.
Esas son palabras de la Biblia, no nuestras.
Judíos viviendo fuera de Jerusalén.
Además la Biblia dice específicamente que había judíos viviendo fuera
de Jerusalén en sus propias ciudades y aldeas poco antes de que Jerusalén fuera
destruida. Jeremías dice: “Ahora bien, en el quinto año de Jehoiaquim
[dos años después de la devastación de Judá, según los apóstatas] hijo de Josías, el rey de Judá, en el mes
noveno, aconteció que toda la gente de Jerusalén y toda la gente que
estaba entrando en Jerusalén de las ciudades de Judá proclamaron un
ayuno delante de Jehová”. (7)
The
New Living Translation dice: “Gente
de todo Judá asistió a los servicios en el Templo en ese día”. La
traducción The Message dice: “Toda la gente de las aldeas de Judea”.
Claramente Judá no fue la única asolada dejando a Jerusalén como la única
ciudad sobreviviente, como los apóstatas claman.
No
sorprende que Daniel creyera que la mencionada devastación incluía a Jerusalén,
¡y de hecho remarcó que ´se cumplirían las devastaciones de Jerusalén´!
La profecía que él consultó en el libro de Jeremías decía que “toda
esta tierra” sería devastada, y que haría de ´Jerusalén y
de las ciudades de Judá y de sus reyes y príncipes un lugar devastado´.
La
profecía de los setenta años está íntimamente vinculada a Jerusalén; eso era lo
que Daniel creía. No tendría sentido que los profetas dijeran que “todo”
el país sería diezmado y luego esperaran que sus lectores asumieran que eso significaba
que la ciudad más grande permanecería intacta por veinte años. Las palabras de
la Biblia no son complicadas en esta parte, son muy claras. Son los
razonamientos de los apóstatas los que las hacen indebidamente complejas y difíciles de
entender.
De
hecho, si la cronología seglar fuera correcta, habría sido muy raro que Daniel
discerniera que setenta años de
devastación habían pasado sobre Jerusalén. De acuerdo a la cronología seglar la
ciudad permaneció habitada, con un rey, un sacerdocio, y un templo en
funciones, durante dos décadas de la, así llamada, “devastación”.
Además Jeremías hizo su profecía
en “el cuarto año de Jehoiaquim” (Jeremías 25.1), es decir en 604 aec.
de la cronología seglar (8). Este es un gran problema para los apóstatas
ya que ellos afirman que la devastación de Judá comenzó un año antes, en 605
aec. ¡Y es que la profecía de Jeremías es con respecto al futuro! Él
dice: “Toda esta tierra tiene que llegar a ser un lugar
devastado” (Jeremías 25.11) , y “esta mismísima ciudad será
devastada” (Jeremías 26.9).
Conclusión.
A
algunas personas les gustaría que creyéramos que las “devastaciones de
Jerusalén” que Daniel mencionó son una especie de concepto ambigüo que
comenzó veinte años antes de que Jerusalén fuera destruida, cuando
(supuestamente) el reino de Judá fue asolado. Sin embargo, la palabra inspirada
de Dios está en desacuerdo con todos estos puntos. La Biblia no muestra que
Judá fuera devastada años antes de la destrucción de su ciudad capital. No, no
lo muestra en ninguna parte.
-Los setenta años comienzan con calamidad y
muerte sobre Jerusalén.
-La Biblia dice que Judá y Jerusalén serían
devastadas juntas.
-Los apóstatas se refieren a cierto año como
posterior a la devastación, mientras que la Biblia se refiere a la devastación,
en ese mismo año, como algo que aún estaba en el futuro.
-Dos años después de que supuestamente
comenzó, la Biblia menciona a personas de otras ciudades de Judá.
-Judá fue llevada al exilio únicamente después
de la destrucción de su ciudad capital.
Notas:
4- Jer 25.32,33
5- 2 Re 25.8-10
6- 2 Re 25.19-21
7- Jer 36.9
8- Pero de acuerdo a la cronología basada en la Biblia la hizo en 625 aec.
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