5-
¿Comenzaron los setenta años en el primer año de Nabucodonosor?
En
el capítulo anterior mostramos cómo la Biblia claramente enseña que los setenta
años de servidumbre al rey de Babilonia comenzaron con la destrucción de
Jerusalén. Sin embargo, los defensores del 587 ignoran esto o lo descartan
tercamente.
En su
lugar sostienen que 587 aec. es la fecha de la destrucción de Jerusalén y
encuentran algunos otros sucesos alrededor del año 607 aec. que podrían
significar que Judá comenzó a “servir” a Babilonia en esa fecha; de ese modo ellos
no tienen que decir que la profecía de los setenta años ha fallado. Y es que si
ellos no pudieran encontrar algún indicio de servidumbre que marcara el
comienzo de los setenta años se verían forzados a decir que la profecía de la
Biblia no se cumplió, y eso iría en contra del propósito que buscan, a saber,
arrastrar a la gente tras de sí y alejarla de la verdad.
Desafortunadamente para ellos en la cronología seglar no hay ningún
evento destacable que se ubique setenta años antes de que los exiliados
regresaran a su territorio... ¿o sí lo hay?
Tercer año de Jehoiaquim/ Primer año de
Nabucodonosor.
En
Daniel 1.1 el profeta dice que fue llevado al exilio en ´el tercer año de
Jehoiaquim´. Daniel estaba hablando desde la perspectiva de Babilonia, y se
refería al tercer año de Jehoiaquim como vasallo del reinado del imperio
babilonio. Todas las fechas dadas por Daniel se ajustan a dicha perspectiva. Véase
el apéndice N.
Sin
embargo, ¿qué pasaría si Daniel no estuviera hablando del tercer
año como vasallo sino del tercer año normal del reinado en Judá? Si ese
fuera el caso, entonces, según la cronología seglar, Daniel y otros judíos
habrían sido llevados al exilio en Babilonia en el año 605 aec. ¡Esos serían
aproximadamente setenta años antes de que los exiliados regresaran! ¡Es un
cálculo bastante conveniente! Basados en este razonamiento los apóstatas pueden
argumentar que los setenta años de servidumbre comenzaron en ese año.
La
Biblia guarda un registro de todas las ocasiones en las que el rey
Nabucodonosor se llevó a Babilonia a exiliados de Judá. Lo hizo en tres
ocasiones: En su séptimo, decimoctavo, y vigésimo tercer años (Jeremías
52.28-30). Sin embargo, para hacer que su reinterpretación encaje, los
apóstatas se ven forzados a inventar una nueva fecha, una más temprana ocasión
en la que Nabucodonosor se haya llevado exiliados. Esa fecha sería en su primer
año.
De
ese modo ellos dicen que su cronología seglar es correcta cuando establece que
Jerusalén fue destruida en 587 aec. y que aún así la profecía de los setenta
años se cumplió. Ellos dicen que los setenta años de ´servidumbre´ comenzaron
cuando el primer grupo de exiliados fue, supuestamente, tomado por
Nabucodonosor en su primer año, el cual corresponde al tercer año de Jehoiaquim.
Sin
embargo uno no puede, simple y artificialmente, inventar un exilio extra, que
habría tenido lugar antes que los otros, sin provocar algunas serias
contradicciones en la narrativa de la Biblia.
¿Sólo 68 años?
Primero que nada, eso en realidad no llenaría los requisitos de la
profecía de los setenta años. Y no se trata solamente de que Jerusalén habría
estado habitada por veinte años más -cuando las profecías dicen lo contrario-
sino que, si contamos de 605 aec. a 537 aec. -cuando los exiliados regresaron a
su territorio-, sólo tenemos sesenta y ocho años de “servidumbre” y no setenta.
Por lo tanto esta interpretación demuestra ser errónea desde el primer momento.
Si
esta fuera una mejor y más correcta explicación que la del 607, entonces ¿por
qué inmediatamente crea una inconsistencia? Si fuera correcta ¿por qué entonces
no armoniza más que la del 607? Para mayor información véase el apéndice E.
Además, si como ellos claman, hubiera habido un exilio en el tercer año
de Jehoiaquim, la Biblia en repetidas ocasiones estaría contradiciendo esa
idea.
Jeremías no lo menciona en su lista de
exiliados.
Al
final de su libro Jeremías presenta un registro de “todos” los exiliados
llevados a Babilonia. Él dice: “Estas son las personas a quienes
Nabucodorosor llevó al destierro: en el año séptimo, tres mil
veintitrés judíos. En el año dieciocho de Nabucodorosor, de Jerusalén hubo
ochocientas treinta y dos almas. En el año veintitrés de Nabucodorosor,
Nebuzaradán el jefe de la guardia de corps llevó al destierro a judíos, a
setecientas cuarenta y cinco almas. Todas las almas fueron cuatro
mil seiscientas” (Jeremías 52.28-30).
Como
podemos ver Jeremías enlista a “todas las almas” tomadas, pero no
menciona a ninguna que hubiera sido tomada durante el exilio inventado del
primer año de Nabucodonosor, es decir, el tercer año de Jehoiaquim. ¿Por qué?
Probablemente porque los apóstatas
simplemente han creado ese primer exilio en sus cabezas, pero que en verdad
nunca sucedió en el mundo real. Si hubiera sucedido, como ellos claman,
entonces tendríamos que preguntarnos por qué no armoniza con los versículos
citados y por qué Jeremías presentó una lista incompleta mientras,
erróneamente, dijo que era una lista de ´todos´los exiliados.
Primer informe de Jeremías con respecto al
cuarto año de Jehoiaquim.
Pero
todavía hay más problemas. Bastantes
pasajes en el libro de Jeremías contradicen totalmente la idea de un exilio
extra en el tercer año de Jehoiaquim.
El
capítulo 25 de Jeremías se ubica en el cuarto año del rey Jehoiaquim. De
acuerdo con los apóstatas, poco antes de ese tiempo, Jerusalén estuvo bajo
sitio, el rey posiblemente fue llevado a Babilonia en cadenas antes de
permitírsele regresar como rey vasallo, los exiliados fueron llevados cautivos,
y algunos utensilios del templo fueron saqueados. Ese fue el supuesto comienzo
de la desolación (o servidumbre).
Sin
embargo, extrañamente, el registro de Jeremías no menciona ninguno de esos
eventos recientes. “La palabra que le ocurrió a Jeremías acerca de todo el
pueblo de Judá en el año cuarto de Jehoiaquim hijo de Josías, el
rey de Judá, es decir, el primer año de Nabucodorosor el rey de
Babilonia”.
El
profeta continúa: “Estos veintitrés años me ha ocurrido la
palabra de Jehová, y seguí hablándoles, madrugando y hablando, pero ustedes no
escucharon […] Por la razón de que ustedes no obedecieron mis palabras, miren,
voy a enviar y ciertamente tomaré a todas las familias del norte -es la expresión
de Jehová- hasta enviar aviso a Nabucodorosor el rey de Babilonia, mi
siervo, y ciertamente las traeré contra esta tierra y contra sus
habitantes y contra todas estas naciones en derredor; y ciertamente los daré
por entero a la destrucción” (Jeremías 25.1-9).
Los
apóstatas dicen que, para cuando las palabras arriba citadas fueron escritas,
Babilonia ya había atacado a esa tierra. Pero de ser así es raro que el profeta
no mencionara nada sobre ello, por el contrario, parece estar enfatizando que
las advertencias habían sido proclamadas por los pasados veintitrés años y
nadie las quiso escuchar ni poner atención en ellas. Pareciera como si nadie
creyera que Babilonia iba a llegar.
Además Jeremías hizo esta advertencia en el versículo 11: “Y toda esta
tierra tiene que llegar a ser un lugar devastado”. Sí, los
predichos setenta años de devastación aún no habían comenzado. Así que,
si la teoría basada en el 587 aec. es más acertada que la de 607 aec. , nos
preguntamos por qué se crea esta inconsistencia en la narrativa ¿No es verdad
que, si fuera correcta, debería armonizar más bien que contradecir?
Segundo informe de Jeremías con respecto al
cuarto año del rey.
Jeremías escribió otro informe durante el cuarto año de Jehoiaquim. ¿En
él apoya la idea de que los exiliados ya habían sido tomados cautivos? No.
En el
capítulo 36 Jeremías nos dice que “en el cuarto año de Jehoiaquim
hijo de Josías, el rey de Judá, aconteció que a Jeremías le ocurrió esta
palabra de parte de Jehová, que dijo: ´Toma para ti un rollo de un libro, y
tienes que escribir en él todas las palabras que te he hablado contra Israel y
contra Judá y contra todas las naciones […] Quizás los de la casa de Judá
escuchen toda la calamidad que estoy pensando hacerles, a fin de que se
vuelvan, cada uno de su camino malo, y de que yo realmente les perdone su error
y su pecado´” (19).
Este
es el cuarto año del reinado de Jehoiaquim -un año después del ficticio primer
exilio- . Pero, de acuerdo a este pasaje de la Biblia, nada aún ha sucedido.
Ningún castigo ni ninguna calamidad ha llegado. Jehová aún está “pensando”
traer calamidad sobre ellos.
Adicionalmente, algunos apóstatas claman que Judá fue desolada pero que
Jerusalén fue dejada relativamente intacta. Sin embargo, Jehová dice: “Quizás
los de la casa de Judá escuchen toda la calamidad que estoy pensando hacerles”.
Jehová no está diciéndoles que observen la calamidad que tuvo lugar en Judá
como advertencia de que lo mismo le ocurriría a Jerusalén. No; la completa “casa
de Judá” necesita tomar en serio esa advertencia.
Nuevamente nos sentimos obligados a preguntar: Si el primer exilio
realmente ocurrió ¿por qué está causando tanta discordia con la narrativa de
los eventos?
Informe de Jeremías del quinto año del rey.
Otro
informe, posterior en un año, sigue sin darnos ninguna evidencia de que Judá
hubiera sido desolada para ese tiempo.
“Ahora
bien, en el año quinto de Jehoiaquim hijo de Josías, el rey de
Judá, en el mes noveno, aconteció que toda la gente de Jerusalén y toda
la gente que estaba entrando en Jerusalén de las ciudades de Judá
proclamaron un ayuno delante de Jehová. Y Baruc empezó a leer del libro en voz
alta las palabras de Jeremías, en la casa de Jehová […] a oídos de todo el
pueblo” (20).
Así
pues, este es el quinto año y “toda la gente” de Jerusalén y “las
ciudades de Judá” vinieron para celebrar una fiesta religiosa. Ya hemos
tocado el tema de la supuesta destrucción de las ciudades de Judá dos años
antes, de acuerdo al ficticio primer exilio que mencionan los apóstatas; y sin
embargo, aquí hay personas viniendo de esas ciudades para observar un ayuno
religioso. Nos preguntamos: ¿Dónde habían estado los dos años anteriores? Quizá
donde la Biblia dice que estaban: ¡En “las ciudades de Judá”!
Adicionalmente ellos argumentan que muchos nobles e hijos de la realeza
(príncipes) fueron llevados cautivos a Babilonia en el primer exilio ficticio.
Pero si así hubiera sido ¿por qué el registro de Jeremías dice que “todos”
los príncipes estaban en Jerusalén?
“Por
lo cual bajó a la casa del rey, al comedor del secretario, y, ¡mire! Allí
estaban sentados todos los príncipes: Elisamá el secretario, y Delayá
[…] y Elnatán […] y Guemarías […] y Sedequías […] y todos los demás
príncipes” (21).
La
palabra inspirada de Dios, la Biblia, nos dice que ´todos los príncipes´estaban
presentes durante el quinto año del reinado de Jehoiaquim, e incluso nos da
muchos de sus nombres. Si el exilio mencionado en el capítulo 1 de Daniel
hubiera tenido lugar dos años antes, como ellos claman, ¿entonces cómo es que “todos
los príncipes” y “toda la gente” estaban en Jerusalén?
Daniel 1 dice que Babilonia tomó a “algunos de los hijos de Israel y
de la prole real y de los nobles”. El registro de Daniel también
nos muestra cómo ellos permanecieron en Babilonia por tres años recibiendo
entrenamiento, y aún así, dos años después (supuestamente) ¡estaban “todos” de
regreso en Jerusalén!
La
explicación es obvia: Nadie fue llevado al exilio en el tercer año de
Jehoiaquim.
El
registro pasa a describir la reacción de los príncipes cuando escucharon las palabras
de Jeremías. “Ahora bien, aconteció que, tan pronto como oyeron todas las
palabras, se miraron unos a otros con pavor”. Tan impactados están los
príncipes al escuchar lo que Jehová hará con ellos que llevan el rollo de las
profecías de Jeremías al rey, “y Jehudí empezó a leerlo en voz alta a oídos
del rey y a oídos de todos los príncipes que estaban de pie junto al rey. Y el
rey estaba sentado en la casa de invierno, en el mes noveno, con un brasero
ardiendo delante de él. Entonces aconteció que tan pronto como Jehudí hubo
leído tres o cuatro columnas-páginas, él procedió a rasgarlo con
el cuchillo de secretario, y lo fue arrojando también en el fuego
que estaba en el brasero, hasta que todo el rollo vino a parar al fuego que
estaba en el brasero. Y no sintieron pavor” (22).
Los
príncipes tienen miedo de las palabras, pero el rey y sus sirvientes
simplemente queman el rollo y se olvidan de él -y no es de extrañar, ya que
Jerusalén y sus príncipes aún no han sido atacados ni llevados cautivos a Babilonia.
El rey no puede creer que Babilonia vaya a hacer semejante cosa. No, porque
Babilonia todavía no ha venido contra ellos. Él ni siquiera ha sido hecho
vasallo de los babilonios todavía.
Así y
todo a algunos apóstatas les gustaría hacernos creer que uno o dos años antes
la ciudad fue sitiada por Babilonia, conquistada, saqueados algunos utensilios
del templo, llevados junto con varios exiliados, y que incluso el rey fue
llevado prisionero en cadenas a Babilonia, pero que rápidamente regresó a la ciudad
como rey vasallo...¡sin absolutamente ninguna evidencia de estas cosas! Qué
raro que la narración ni siquiera haga alguna alusión a todo ello. Tal vez sea
porque nunca sucedió.
Y aún
más. Si todas estas cosas hubieran sucedido ¿por qué entonces el rey no tuvo
miedo? ¿Por qué Jeremías no le recordó al rey su reciente liberación? Años
después Jeremías no se retuvo de recordarle a Sedequías el exilio que había
sufrido Joaquín. Y preguntamos nuevamente: ¿Por qué esta explicación no
armoniza con la narrativa si, supuestamente, es la verdad?
El informe de Josefo.
El
antigüo historiador judío Josefo también confirma que nadie fue llevado el
exilio en el tercer año de Jehoiaquim. Aunque su libro no forma parte de la
Biblia, su registro de los eventos llena algunas lagunas y concuerda con el
registro bíblico.
Su
reporte (presentado aquí en paráfrasis) dice algo parecido a esto:
Durante
el reinado de Jehoiaquim (muchos años antes de la destrucción de Jerusalén)
Judá fue hecho un reino vasallo de Babilonia. Después de tres años como vasallo
el rey Jehoiaquim se rebeló contra Babilonia y dejó de pagarle tributo.
Esto
provocó que el ejército babilonio pusiera sitio a Jerusalén. Según Josefó,
Jehoiaquim no opuso resistencia y permitió que el ejército babilonio entrara en
la ciudad esperando llegar a un arreglo pacífico. Desafortunadamente
Nabucodonosor tenía otros planes. Mató al rey Jehoiaquim, tomó algunos de los
utensilios del templo, y se llevó a algunas miles de personas al exilio. Luego
Nabucodonosor colocó en el trono al hijo del rey en lugar del rebelde. Sin
embargo, tras unas cuantas semanas, en su viaje de regreso a Babilonia,
Nabucodonosor temió que el hijo también se rebelara; así que mandó un mensaje a
su ejército, que aún estaba en Judea, ordenándole sitiar a Jerusalén.
Cuando
Nabucodonosor mismo regresó al lugar, el nuevo rey judío se rindió a los
babilonios inmediatamente. Más utensilios del templo fueron saqueados, y más
personas fueron llevadas al exilio. Todos estos sucesos ocurrieron en un solo
año. Los profetas Daniel y Ezequiel estaban entre los exiliados que fueron
llevados cautivos a Babilonia ese año. Para leer el auténtico informe
de Josefo sobre estos sucesos y cómo el texto bíblico concuerda completamente
con su reporte véase el apéndice D.
La
Biblia confirma completamente el informe de Josefo: Jerusalén es sitiada, el
rey Jehoiaquim es asesinado, algunos utensilios del templo y exiliados son
llevados (Daniel 1.1). Pocas semanas después su heredero se rinde; más utensilios,
más exiliados, y todos los tesoros de la casa son tomados, y Sedequías es
colocado en el trono -el último rey judío (2 Reyes 24). Todos estos eventos
ocurrieron durante el mismo año, y ésta es la razón por la que Jeremías
solamente registra tres grupos de exiliados. Estos exilios fueron los primeros,
y ocurrieron en el séptimo año de Nabucodonosor. Si las cosas no hubieran
ocurrido así tendríamos que preguntar por qué razón Josefo habría hecho la
historia tan complicada. Jeremías 52.28-30
¿Por qué todos se olvidaron del primer exilio?
Si
fuera cierto que hubo un exilio durante el tercer año de Jehoiaquim/primer año
de Nabucodonosor, ¿no es extraño que no haya absolutamente ningún registro de
él por Jeremías ni por ningún otro escritor de la Biblia? De hecho, ¿por qué no
existe ninguna simple tablilla de arcilla o algún documento antigüo que
registre ese evento?
Por
otra parte hay una abundancia de referencias bíblicas y seglares a exiliados y
utensilios saqueados del templo en los años séptimo y octavo de Nabucodonosor.
De igual manera los exiliados son mencionados estando en Babilonia únicamente
después de que el reinado de Jehoiaquim hubo llegado a su fin; ni una sola vez
son mencionados antes.
Aquí
hay unas cuántas de esas menciones:
-Jeremías 52.28
-Jeremías 24.1
-Jeremías 27.12
-Jeremías 28.1
-Jeremías 29.1
-2 Crónicas 36.9
-2 Reyes 24.12
-Ezequiel 1.1
-Ezequiel 40.1
¡Qué
raro que entre todas las profecías y advertencias que Jeremías dio a Jehoiaquim
en ninguna le mencionara que algún exilio hubiera tenido lugar para ese tiempo!
Y aún así no se retuvo de recordarle a Sedequías del exilio ocurrido durante el
año séptimo/octavo, cuando Joaquín fue llevado cautivo. Y la situación es
especialmente rara si el primer exilio supuestamente fue el crucial punto de
partida de la profecía de los setenta años, y el cumplimiento de todas las
profecías de Jeremías, Isaías, y de otros profetas.
Y aún
más: El primer exilio es extrañamente olvidado en el sumario de todos los
exilios ocurridos. Recordemos nuevamente que sólo los exilios de los años
séptimo, decimoctavo, y vigésimo tercero son mencionados. El del primer año
permanece ausente. Y eso no es todo; las historias acerca de estos sucesos
narradas en 2 Reyes y en 2 Crónicas mencionan el exilio de Joaquín (Jeconías)
pero, nuevamente de manera misteriosa, olvidan mencionar aquel otro importante
exilio durante el reinado de Jehoiaquim después de haber gobernado sobre Judá
por sólo tres años. Adicionalmente el profeta Ezequiel sólo habla del exilio
que tuvo lugar cuando Joaquín fue llevado cautivo pero ni una sola vez menciona
el que tuvo lugar cuando otros judíos, como Daniel, supuestamente, fueron
llevados en el primer año de Nabucodonosor; incluso lo llama “nuestro
destierro” (23), e incluso llega a mencionar a Daniel en un
punto en sus escritos, pero nunca dice que éste hubiera sido llevado al exilio
en una fecha anterior.
Ni
Jeremías, ni Ezequiel, ni Jehoiaquim, ni el falso profeta Hananías, ni Esdras,
quien escribió 2 Crónicas, ni Sedequías mencionan este supuesto primer exilio
que habría ocurrido en el primer año de Nabucodonosor. Ni siquiera lo mencionan
una vez. Esto es sorprendente. Y no obstante hay cerca de diez lugares en donde
se menciona el exilio del tiempo de Joaquín en el año séptimo/octavo de
Nabucodonosor.
¿Será
que estaban tratando de ocultarlo de nosotros?, ¿o acaso a todos les dio
amnesia?, ¿o tal vez ni siquiera sucedió? La Biblia da la respuesta a esta
última pregunta, y es un rotundo “¡nunca ocurrió!”. El primer exilio jamás
sucedió; solo existe en las mentes de aquellos que quieren “corregir” a la
Biblia para hacerla coincidir con la incorrecta cronología seglar. Esa es la
razón por la que no armoniza con las Escrituras.
El tercer año de su reinado como vasallo.
Está
claro que los apóstatas están equivocados cuando claman que hubo gente exiliada
en el tercer año del reinado de Jehoiaquim sobre Judá. Cuando Daniel dijo: “En
el año tercero de la gobernación real de Jehoiaquim” (24),
obviamente estaba hablando desde la perspectiva del control babilonio sobre los
judíos, queriendo decir el tercer año de Jehoiaquim como rey vasallo bajo
Babilonia.
Esa
es la razón por la que 2 Reyes 24.1 dice: “En sus días Nabucodonosor el rey
de Babilonia subió, de modo que Jehoiaquim llegó a ser su siervo por tres
años. Sin embargo, se volvió y se rebeló contra él”.
No es mera coincidencia que el vasallaje durara “tres años”. Sí, tres
años de vasallaje terminaron en rebelión y en una aplastante derrota del rey
Jehoiaquim. Fue entonces cuando el rey murió y los exiliados fueron llevados
cautivos. Por eso Daniel dice ´en el año tercero de Jehoiaquim´.
Daniel siempre habla desde su perspectiva como oficial babilonio. Cuando
Daniel menciona al gobernante persa Ciro, dice: “En el tercer año de Ciro el
rey de Persia un asunto fue revelado a Daniel...” (Daniel 10.1). Ciro
comenzó a gobernar Persia alrededor de 560 aec. ¿Significa eso que Daniel
estaba viviendo en Persia y trabajando para Ciro en su “tercer año”? (25). No. indudablemente Daniel estaba hablando del tercer año de Ciro como
gobernante en Babilonia (26), no de su tercer año como gobernante del
imperio persa. Para ver otro ejemplo de un cálculo en un reinado como
vasallo véase el apéndice O.
Conclusión.
El
exilio que supuestamente tuvo lugar en el tercer año de Jehoiaquim nunca
ocurrió. Es simplemente el producto de una deliberada mala interpretación de
Daniel 1.1. Muchos pasajes en Jeremías contradicen directamente esa idea. Se
menciona a gente viviendo aún en las “ciudades de Judá” y “todos los
príncipes” están todavía ahí. El rey mismo parece burlarse de la idea de
que Babilonia pudiera venir contra él. El libro inspirado de Jeremías parece
haber olvidado mencionar el suceso en su lista de “todos” los exiliados.
El
antigüo historiador Josefo también niega que sucediera, y es fácil ver que
Daniel estaba hablando desde la perspectiva de Babilonia. No es coincidencia
que él dijera que el rey se rebeló y los exiliados fueron tomados cautivos ´en
el año tercero de Jehoiaquim´, cuando el libro de 2 Reyes dice que su
reinado como vasallo tuvo exactamente tres años de duración antes de su
rebelión.
El
ficticio primer exilio simplemente nunca ocurrió. Por todo esto, la aseveración
de que la cronología seglar es la correcta y que los setenta años de desolación
empezaron en 605 aec., con su mítico exilio, carece de fundamento. Si fuera
verdad, entonces habría una importante pieza perdida en un rompecabezas que
haría que todo el conjunto fallara. De hecho, más bien que responder muchas
preguntas y aclarar cualquier complicación, el insertar ese evento en la
narrativa no causa sino problemas y extrañas inconsistencias. Por otro lado, la
interpretación basada en el 607 no causa ninguno de estos efectos.
Además, aún si fuera verdad, contando desde 605 aec. hasta 537 aec. sólo
tenemos sesenta y ocho años y no setenta.
-No hay evidencia bíblica para un exilio
extra.
-Pasajes en Jeremías contradicen esa teoría.
-Añadir un exilio extra crea discordia en la
narrativa.
-Daniel debió haber estado hablando desde la
perspectiva babilonia.
-La teoría apóstata sólo da sesenta y ocho
años.
-No existe evidencia seglar del primer exilio.
Notas:
19- Jer 36.1-3
20- Jer 36.9,10
21- Jer 36.12
22- Jer 36.16-24
23- Eze 40.1
24- Da 1.1
25- Es decir, en 557 aec., su tercer año desde que comenzó a gobernar en
Persia.
26- Es decir, 536/535 aec.
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