Presentación

Esta es una traducción, hecha por mí (junto con las notas y esquemas), del ensayo Jerusalem 607 BCE, en su revisión de 2007, publicado por jehovahsjudgment.co.uk



24 may 2012

Apéndice H


Apéndice H:

Jeremías 52.30 ¿De dónde vinieron los exiliados?

   La Biblia dice claramente que la tierra estaría sin habitantes durante setenta años, sin embargo esto pone a los apóstatas en un problema espinoso; ellos argumentan que la tierra en realidad estuvo habitada por lo menos veinte años durante el periodo de setenta. ¿Cómo solucionan ellos el problema?

   Malinterpretando Jeremías 52.30, que dice: “En el año veintitrés de Nabucodorosor, Nebuzaradán el jefe de la guardia de corps llevó al destierro a judíos, a setecientas cuarenta y cinco almas”. Como puede ver, el 23° año de Nabucodonosor es después de que Jerusalén fuera destruida (76), y aún así las Escrituras nos dicen que en ese año más judíos fueron llevados al exilio. Algunos proponentes del 587 aec. usan este versículo para mostrar que la tierra no estuvo totalmente inhabitada durante el periodo de setenta años, es decir que incluso en el 23° año de Nabucodonosor seguía habiendo gente en Jerusalén. ¿Pero es eso lo que la Biblia nos está diciendo? No.

   Después que el templo fue destruido unas pocas personas permanecieron todavía en Jerusalén pero no por mucho tiempo. 2 Reyes 25.25,26 nos dice: “En el mes séptimo aconteció que Ismael el hijo de Netanías hijo de Elisamá, de la prole real, llegó, y también diez hombres con él, y lograron derribar a Guedalías, de manera que murió, y también a los judíos y a los caldeos que se hallaban con él en Mizpá. Después de aquello toda la gente, desde el pequeño hasta el grande, y los jefes de las fuerzas militares, se levantaron y entraron en Egipto; porque les había dado miedo a causa de los caldeos”.

   Aquí la Biblia claramente nos dice que toda la gente que se quedó entre las ruinas en Jerusalén, después de la destrucción de ésta, eventualmente huyó a Egipto. En el capítulo 44 de Jeremías se dice:

   “La palabra que le ocurrió a Jeremías para todos los judíos que moraban en la tierra de Egipto, los que moraban en Migdol y en Tahpanhés y en Nof y en la tierra de Patrós, diciendo: ´Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: ´Ustedes mismos han visto toda la calamidad que he traído sobre Jerusalén y sobre todas las ciudades de Judá, y miren que son un lugar devastado el día de hoy, y no hay en ellas habitante. Es a causa de su maldad que ellos hicieron para ofenderme, al ir y hacer humo de sacrificio y rendir servicio a otros dioses que ellos mismos no habían conocido, ni ustedes ni sus antepasados.

“Y les seguí enviando todos mis siervos los profetas, madrugando y enviando, diciendo: ´No hagan, por favor, esta clase de cosa detestable que he odiado ´, pero ellos no escucharon, ni inclinaron su oído para volverse de su maldad y de hacer humo de sacrificio a otros dioses. Por eso se derramó mi furia, y mi cólera, y ardió en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén; y llegaron a ser un lugar devastado, un yermo desolado, como sucede este día´”. (77)
   Primero que nada estos versículos confirman que tanto Judá como Jerusalén fueron hechas desiertos, fueron desoladas y estuvieron en ruinas; decir que no fue así es absurdo. ¿Pero qué sucedió con los judíos que huyeron a Egipto? Jeremías continúa diciendo:

   “Por lo tanto, oigan la palabra de Jehová, todos los de Judá que están morando en la tierra de Egipto: ´Aquí yo mismo he jurado por mi gran nombre -ha dicho Jehová- que mi nombre ya no resultará ser algo que clame la boca de hombre alguno, diciendo: ´¡Tan ciertamente como que vive el Señor Soberano Jehová!´, en toda la tierra de Egipto. ¡Miren!, me mantengo alerta respecto a ellos para calamidad y no para bien; y todos los hombres de Judá que están en la tierra de Egipto ciertamente serán acabados por la espada y por el hambre, hasta que dejen de ser. Y en cuanto a los que escapen de la espada, ellos regresarán de la tierra de Egipto a la tierra de Judá, pocos en número; y todos los del resto de Judá, que entran en la tierra de Egipto para residir allí como forasteros, ciertamente sabrán la palabra de quién es la que se realizará: la mía, o la de ellos´”. Jeremías 44.26-28

   Como puede ver, sólo pocos escaparían de la muerte y eventualmente regresarían a Judá un día. La respuesta a la pregunta es clara: Aquellos judíos que fueron tomados cautivos en el año 23° de Nabucodonosor fueron los mismos que huyeron a Egipto. Evidentemente, mientras Nabucodonosor aún tenía a Tiro bajo sitio, su guardia, Nebuzaradán, atacó a Egipto y se apoderó de los judíos refugiados; esa es la razón por la que Jeremías 52.30 dice: “En el año veintitrés de Nabucodorosor, Nebuzaradán el jefe de la guardia de corps llevó al destierro a judíos”, y eso fue porque Nabucodonosor mismo estaba, evidentemente, ocupado en otra parte en ese momento.

   Jeremías 44.28 dice: “Y en cuanto a los que escapen de la espada [en Egipto], ellos regresarán de la tierra de Egipto a la tierra de Judá, pocos en número”. Otro versículo dice: “No llegará a haber ningún escapado ni sobreviviente para el resto de Judá, los que están entrando para residir allí como forasteros, en la tierra de Egipto, siquiera para volver a la tierra de Judá hacia la cual están alzando el deseo de su alma para volver a fin de morar; porque no volverán, salvo algunos escapados”.

   Cuando Nebuzaradán, el jefe de la guardia de corps, atacó a Egipto, tomó cautivos a todos los judíos sobrevivientes, “setecientas cuarenta y cinco almas” (Jeremías 52.30). El haber escapado a Egipto no les trajo ningún bien a los judíos sobrevivientes; la mayoría de ellos terminaron muertos y los otros fueron exiliados a Babilonia a pesar de todo. Pero hubo unos cuantos que se las arreglaron para finalmente regresar a su tierra muchos años después, en 537 aec.
Notas:  
76- 23° año de Nabucodonosor: 582 aec. (cronología seglar), 602 aec. (cronología basada en la Biblia).
77- Jer 44.1-6

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