Apéndice B:
Historial de intentos seglares de “corregir” a
la Biblia.
Críticos de la fecha 607 aec. apuntan al abundante cuerpo de evidencia
seglar que parece contradecirla. Aunque existe mucha evidencia no debemos
olvidar que, en efecto, ellos eligen defender lo que los historiadores seglares
aportan como evidencia primaria por encima del testimonio de las Escrituras.
Historiadores como Thiele “corrigen” a la Biblia cuando creen que está
equivocada. Así es, los historiadores dicen que, según la cronología seglar, la
Biblia se equivoca en muchos lugares y por eso alteran su significado para
ajustarlo a la cronología seglar asiria, babilónica, y persa, y de ese modo
intentan conciliar las Santas Escrituras con los escritos de los paganos.
Observe lo que dice un sitio en Internet
acerca del punto de vista del profesor Thiele sobre la cronología de la Biblia:
“Edwin
R. Thiele indica en sus escritos que la cronología bíblica debe conformarse a
la lista de reyes asirios, junto con el aparente eclipse solar de 763 aec. y
también al usar una lista de reyes asirios […] Thiele parece no entender lo
endeble que puede ser usar un eclipse como base para fechar eventos, ni lo
dudoso de usar una lista de nombres de reyes asirios para ´corregir´a la Biblia […]
“Thiele, en su libro de 1977 Cronología de los reyes hebreos,intenta mostrar que el registro
bíblico sobre la duración de la gobernación de los reyes está irremediablemente
embrollado y se contradice a sí mismo, y para apoyar su aseveración menciona
algunas aparentes contradicciones y también cita declaraciones de importantes
eruditos […] En efecto, al final del capítulo uno, Thiele dice tener la
solución para tales enredos, pero sus soluciones ignoran a las Escrituras y de
hecho él razona en contra de éstas.
“Thiele
establece su cronología no con la Biblia como base sino con la cronología
seglar. Él usa el eclipse que, según reportes, ocurrió el 15 de junio de 763
aec., junto con la lista (o listas) reconstruida de los nombres de reyes asirios (pg. 28 en
adelante). Por ejemplo dice que:
´Por
muchos años expertos en el Antigüo Testamento han notado que el total de 128
años de reinado de los gobernantes de Judá, desde el ascenso de Atalía hasta el
fin del reinado de Azarías, […] está desfasado hacia adelante aproximadamente
un cuarto de siglo de su contemporánea Asiria´(pg.44).
“Él
trata de solucionar este problema aplastando la cronología bíblica para que
pueda concordar con la cronología asiria, y lo hace usando los métodos del
´doble fechado´ y del ´reinado traslapado´ (caps. 4 a 7). Pero el problema de
los veinticinco años perdidos pudiera tener que ver con errores de la lista (o
listas) de los reyes asirios y/o por la incorrecta identificación del eclipse reportado.
“En
el capítulo seis Thiele trata de ajustar el reinado del rey de Israel Péqah
antes que el del rey Peqahías con el propósito de aplastar la cronología
bíblica para hacerla concordar con la cronología asiria […] [Él modifica] las
Escrituras para ajustarlas a sus propias teorías y dice, sin ninguna evidencia,
que los registros de la Biblia fueron ´cálculos posteriores´ basados en
archivos que se han perdido.
“En
la versión de 1983 de su libro Los números misteriosos de los reyes hebreos
Thiele parece estar al tanto de los problemas que causa su cronología en el
registro que las Escrituras hacen con respecto a Péqah, porque hace esfuerzos
enormes para defender sus ideas (pgs. 120, 129-137, 174).
“El
torcimiento y el ´razonamiento´de Thiele contra las Escrituras en lo que
respecta a los reinados de Hosea y de Ezequías están fuera de todo límite (cap.
7). Pareciera que el propósito principal de Thiele es ajustar la cronología
bíblica con la fragmentaria cronología asiria, pero no es posible confiar en la
cronología asiria”.
Ahora
bien, ese es el tipo de cronología en la que alegremente creen los que apoyan
al 587 aec., una cronología seglar que contradice a la Biblia y que conduce a
que las Escrituras sean corregidas de sus irremediablemente confusas
y contradictorias declaraciones. Pero si nosotros creemos que la Biblia
realmente es la palabra inspirada de Dios entonces no podemos aceptar nada de
esa clase, independientemente de la evidencia seglar que exista.
De
hecho, la laguna de veinte años durante los reinados babilónicos es solamente
la primera de las discrepancias. Mientras más avanza uno en la historia, las
lagunas y contradicciones de la historia seglar se hacen más y más vastas,
hasta que eventualmente cientos de años están involucrados.
Pero
es necesario aclarar algo: No toda la evidencia seglar contradice al 607 aec.
El antigüo historiador judío Josefo dice que Jerusalén estuvo vacía setenta
años. Él también presenta una lista de los reinados de los reyes babilonios
(una lista que, curiosamente, contradice al Canon de Tolomeo por razones que
nos son desconocidas).
También es interesante que no todos los expertos apoyan al 587 aec. Al
menos uno, Rolf Furuli, de la Universidad de Oslo, escribe:
“La
cronología de Parker y Dubberstein [de aquí en adelante P&D] ha sido
aceptada casi universalmente por los
últimos cincuenta años. De acuerdo a P&D el año de ascenso de Nabucodonosor
fue 605 aec. y su destrucción de Jerusalén ocurrió en 587 aec. La conquista de
Babilonia por Ciro ocurrió en 539 aec. […]
“Un
estudio de cada documento cuneiforme usado por P&D, para mostrar en qué
años del reinado de los reyes babilonios y persas meses intercalares fueron
añadidos, revela que 51% de la ´evidencia´usada por P&D no tiene verdadero
valor, desde el punto de vista de este autor. Una comparación de 1450 tablillas
cuneiformes fechadas en la gobernación de los reyes persas revela que la
mayoría de las tablillas de los reyes contradice el esquema de P&D, el cual
estuvo basado en la primera y la última tablilla fechada de cada rey. Sobre
esta base se ve que es indispensable hacer una revisión radical de la
cronología de P&D […]
“Hasta
hoy he revisado información de aproximadamente siete mil tablillas de negocios
del Imperio Neobabilónico. Hay muchas tablillas que presentan anomalías (desde
el punto de vista de la cronología tradicional) que provocan que el entero
esquema de P&D se derrumbe; parece que cada rey gobernó más tiempo de lo
que P&D decían”.
Como
podemos ver, al menos algunos expertos apoyan el punto de vista de la Biblia en
contra de la fecha tradicional de 587 aec. Tal vez algún día sea posible llenar
la laguna de veinte años usando fuentes seglares. Tal vez la evidencia ya está
ahí pero no nos hemos dado cuenta. Los investigadores a veces ven en las
tablillas lo que quieren ver. El sitio de Internet que citamos anteriormente
dice lo siguiente:
“La
fecha fragmentada se refiere al 11º año según Kruckmann, perro debería decir
12º en base a documentos conocidos” (Parker & Dubberstein, pg.7).
“Fecha
fragmentada […] debe leerse como si dijera ´3´, basados en meses intercalares
conocidos (Parker & Dubberstein, pg.7).
“Además una cuña muestra que el año debe leerse o bien como ´3´o como
´12´, o si se omite una cuña se debería leer como ´1´. Es evidente que esto
muestra el error de un escriba o de un copista. Para nosotros el ´3´parece lo
más probable” (Parker & Dubberstein, pg.7, nota 12).
“Posibles
fechas para esta carta son el segundo o el noveno año de Ciro, o quizás el
tercer año de Cambises” (Parker & Dubberstein, pg.2).
“Un
cotejo de Sachs y Wiseman ha mostrado que el texto de Sippar (Strassmaier, loc.
Cit.), aunque pertenece al cuarto mes, debe ser correctamente fechado como del
séptimo [mes]” (Parker & Dubberstein, pg.12).
“La
línea 19 lee VI/6/18 […] El año 18 es imposible, por lo tanto suponemos que es
un error del escriba o de Contenau” (Parker & Dubberstein, pg.13). Este año
18 se refiere a Nabonido, rey de Babilonia.
Claro
que esto no significa que toda la evidencia que apoya al 587 aec. sea falsa,
porque ciertamente no lo es. Sin embargo, como hemos visto, algunas veces la
evidencia anómala debe ser desechada porque no dice lo que en realidad debe
decir. Se asume a priori que 587 aec. es correcto, como lo son otras muchas fechas que
contradicen la cronología de la Biblia, ¿pero podría ser que alguna pieza clave
de evidencia haya sido malinterpretada, ignorada, desechada, o “corregida”?
Existen, por supuesto, muchas contradicciones entre la cronología
bíblica y la seglar. Por ejemplo, los cuarenta años de desolación de Egipto
nunca ocurrieron de acuerdo a la cronología seglar que apoya al 587 aec. Y el
hecho es que los cronologistas seglares están más que felices cuando
abiertamente contradicen a la Biblia en lo que respecta a la duración de la
gobernación de los reyes.
Tomemos como ejemplo al rey Péqah, quien gobernó sobre el reino norteño
de Israel. La Biblia dice que su gobernación duró veinte años (62),
sin embargo vea lo que una enciclopedia en Internet tiene que decir al
respecto:
“William
F. Albright ha datado su reinado de 737 ac. -732 ac., mientras que E. R. Thiele
ofrece las fechas 740 ac. -732 ac. Aunque en el Libro de los Reyes se
dice que Péqah reinó veinte años tal duración no tiene apoyo en las crónicas
asirias, las cuales muestran que Menahem fue hecho rey en 740 ac. Y
Hosea en 732 ac.” Wikipedia, artículo sobre “Péqah”.
Cuando los veinte años que dice la Biblia que Péqah gobernó chocan con
la cronología seglar asiria, ¿a quién se le cree? ¡No a la Biblia, por supuesto! Dependiendo de
quien sea su historiador favorito se cortan entre seis y nueve años de los
veinte que duró la gobernación de Péqah. Los cronologistas seglares, Thiele
incluido, están dispuestos a darle más crédito a las exageraciones de
astrólogos paganos idólatras y a sus reyes que a la palabra de Dios. El
resultado de esto es que declaran que la Biblia tiene un desfase de entre once
y catorce años.
Se
podrían dar muchos más ejemplos pero nuestro ejemplo final tiene que ver con el
rey Hosea. La Biblia dice que gobernó
nueve años antes de ser hecho vasallo de Asiria, y luego gobernó nueve años más
siendo vasallo, esto da un total de dieciocho años (63).
¿Pero qué tienen que decir al respecto hombres como Thiele y otros
historiadores/correctores de la Biblia? Ellos dicen que la Biblia se equivoca y
que Hosea gobernó sólo nueve u once años; los restantes nueve o siete años
simplemente son echados a un lado.
Si
sumamos estos dos ejemplos los historiadores seglares “corrigen” a la Biblia
unos veinte o veintiún años en diferentes lugares, ¿por qué?, porque prefieren
creer en los registros exagerados e incompletos de astrólogos paganos y de
reyes que se glorifican a sí mismos en vez de en las Escrituras inspiradas.
En
vista de esto, ¡qué tonto es creer en los cálculos de los cronologistas
seglares! Para ellos no hay ningún problema en desechar la Biblia en favor de
escritos no inspirados. No es ninguna sorpresa para el que escribe esto el que los
veinte años de discordancia entre la cronología bíblica y la seglar, después de
la destrucción de Jerusalén, puedan ser resueltos fácilmente, pero la evidencia
para ello ha sido menospreciada con el propósito de seguir sosteniendo sus
actuales creencias.
Vamos
a imaginarnos una conversación entre dos ficticios cronologistas seglares:
Primer hombre: Veamos. Esta tablilla asiria dice que Hosea gobernó
por once años; por lo menos eso es lo que me parece que dice. ¿Esto te parece a
ti un “11”?
Segundo hombre: No sé. La Biblia dice que gobernó dieciocho años.
Primer hombre: ¿La Biblia? No vas a darle más credibilidad a eso que
a este fragmentario e incompleto documento que es copia de un original,
¿verdad? ¿Qué no sabes que esta tablilla fue copiada por José el Astrólogo?, ¡y
estaba copiando las palabras del poderosísimo rey El Exagerado! ¡Este documento
es más exacto que la Biblia!
Segundo hombre: ¡Ah sí!, ¡ahora entiendo tu punto!, ¡tonto de mí!
Está bien, Hosea reinó once años... pero eso descompone el gobierno de Péqah.
La Biblia dice que el gobernó veinte
años.
Primer hombre: No hay problema. Hagamos que Péqah gobierne sólo seis
años. Tenemos que hacer que ese periodo coincida con esta copia fragmentada de
la tablilla del historiador Nariz Café; él era consejero del rey
Yo-Construí-Eso. Seguro que sus cálculos no son exagerados.
Segundo hombre: Sí. La verdad debe salir a la luz. ¿Cómo puede alguien
creer en la Biblia?, ¡es tan inexacta! ¿Inspirada de Dios?, ¡Sí, cómo no!, ¡ni
siquiera armoniza consigo misma!, y es menos confiable que lo que el rey
Borra-Su-Nombre-Y-Pon-El-Mio-En-Su-Lugar dijo sobre si mismo.
Primer hombre: Y además no olvides que, a fin de cuentas, nadie
puede cuestionarnos a nosotros, porque somos las más expertas autoridades en
historia antigüa.
Segundo hombre: ¡Bien dicho, amigo mio!, ¡muy bien dicho!
Algunos se apresuran a clamar que hay numerosas líneas de evidencia que
apoyan al 587 aec. Ellos dicen que una o dos líneas de evidencia podrían ser
descartadas, pero que no se puede hacer lo mismo cuando se trata de muchas. Sin
embargo, lo que frecuentemente se olvida es que en ocasiones las diferentes
“líneas de evidencia” surgen, de hecho, de una misma fuente. Por ejemplo, las
obras de Beroso son frecuentemente consideradas como líneas de evidencia,
también las obras de Tolomeo, y aún más los documentos cuneiformes. Sin
embargo, ambos, Beroso y Tolomeo, sacaron su información de documentos
cuneiformes, por lo que estas tres “líneas de evidencia” son en realidad sólo
una.
Pero,
a fin de cuentas, obviamente nosotros no fundamentamos nuestra creencia en el
607 aec. en evidencia arqueológica sino en lo que la Biblia dice. No importa
cuánta evidencia recaben los historiadores seglares, nosotros nunca
alteraremos, reinterpretaremos, o corregiremos a la Biblia para hacerla
concordar con la historia seglar, como muchos alegremente han hecho.
Los
testigos de Jehová acuden a la Biblia
como la máxima autoridad. Creemos que setenta años significan setenta años de
duración, y no nos importa cuánta “evidencia” seglar se presente, ésta nunca
será suficiente para pasar por encima de la Biblia.
Notas:
62- Según la cronología de los testigos de Jehová (basada en la Biblia)
Péqah gobernó veinte años, de 778 a 758 aec.
63- Según la cronología de los testigos de Jehová (basada en la Biblia)
Hosea gobernó dieciocho años, de 758 a 740 aec.
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