Presentación

Esta es una traducción, hecha por mí (junto con las notas y esquemas), del ensayo Jerusalem 607 BCE, en su revisión de 2007, publicado por jehovahsjudgment.co.uk



24 may 2012

Apéndice D


Apéndice D:

El registro de Josefo de los exiliados de Jerusalén.

   El antigüo historiador judío Josefo, quien vivió en el primer siglo, nació aproximadamente en 37 ec.. y murió cerca de 100. Él registró principalmente los puntos de vista de los judíos de su tiempo y también sobre los judíos que llegaron a formar parte de la recién formada congregación cristiana.

   Su registro no apoya al 587 aec. como la fecha de destrucción de Jerusalén. En los siguientes pasajes Josefo contradice directamente la moderna idea apóstata de que hubo cautivos llevados al exilio en el tercer año de Jehoiaquim. Las partes importantes las he subrayado, y las Escrituras que concuerdan con este informe las he puesto entre parétesis [].
   
   “Y ocurrió, en el cuarto año del reinado de Jehoiaquim, que hubo un hombre cuyo nombre fue Nabucodonosor, y éste asumió el gobierno de los babilonios [Jeremías 25.1] (64). Estos, al mismo tiempo, fueron con un gran ejército a la ciudad de Carquémis, la cual estaba en el Eufrates, porque a Nabucodonosor se le había ocurrido la idea de armar pleito con Neco, el rey de Egipto, bajo quien toda Siria estaba en aquel entonces. Cuando Neco se enteró de las intenciones del rey de Babilonia no despreció su amenaza, sino que más bien se apresuró a movilizarse, con una gran tropa, hacia el Eufrates para presentar defensa contra Nabucodonosor. Cuando por fin se dio la batalla Neco fue derrotado y perdió muchas decenas de miles [de sus soldados] en la refriega.

   “Así que el rey de Babilonia cruzó el Eufrates, se apoderó de toda Siria, incluso hasta Pelusium, pero excluyó a Judea. Pero cuando Nabucodonosor hubo reinado cuatro años, lo que corresponde al octavo del gobierno de Jehoiaquim sobre los hebreos, hizo una expedición con un poderoso ejército contra los judíos y le exigió tributo a Jehoiaquim [2 Reyes 24.1] (65); también lo amenazó con hacerle guerra si se rehusaba a pagar. Jehoiaquim estaba aterrado por la amenaza y compró su paz con dinero y por tres años le pagó tributo al rey babilonio.

   “Pero durante el tercer año (66), habiendo oído que el rey de Babilonia había hecho una expedición contra Egipto, decidió ya no pagar su tributo [2 Reyes 24.1, Daniel 1.1]; sin embargo, sus esperanzas quedaron frustradas porque los egipcios esta vez no se atrevieron a pelear.

   “Y de hecho el profeta Jeremías había profetizado día a día cuán vano era el poner su confianza en Egipto, y cómo la ciudad sería derribada por el rey de Babilonia y el rey Jehoiaquim sería subyugado por él. Pero lo que él habló no resultó en ninguna ventaja para ellos porque ninguno logró escapar, porque tanto la multitud como los gobernantes cuando escucharon a Jeremías no le quisieron prestar atención sino, al contrario, lo que les decía les pareció desagradable y molesto, como si el profeta fuera un adivinador contra el rey. Y lo acusaron y lo llevaron ante la corte y pidieron una sentencia y un castigo contra Jeremías.

   “Entonces todos dieron su voto para que fuera condenado, pero los ancianos se rehusaron y prudentemente enviaron al profeta a prisión; luego persuadieron al resto de no hacerle ningún daño a Jeremías diciendo que él no había sido el único que había profetizado lo que le ocurriría a la ciudad sino que Miqueas había dicho lo mismo antes que él, y también muchos otros, ninguno de los cuales había sufrido tales cosas bajo ninguno de los reyes que gobernaron en sus tiempos, sino que, antes bien, recibieron honores como profetas de Dios. Así que los ancianos apacigüaron los ánimos de la multitud con estas palabras y libraron a Jeremías del castigo al cual lo habían condenado. Cuando este profeta hubo escrito todas sus profecías, y la gente estaba ayunando reunida en el templo en el noveno mes del quinto año de Jehoiaquim (67), él leyó el libro que había compuesto con sus predicciones acerca de lo que le ocurriría a la ciudad, al templo, y al pueblo. Y cuando los gobernantes oyeron de ello le arrebataron el libro y ordenaron a Jeremías y a su escriba, Baruc, a que se fueran o se atuvieran a las consecuencias si los encontraban. Luego llevaron el libro al rey, y éste dio órdenes, en presencia de sus amigos, de que su escriba lo leyera. Cuando el rey escuchó lo que el libro contenía se puso muy enojado, lo rompió en pedazos, y lanzó los fragmentos al fuego, donde se consumió todo el libro.

    “También ordenó que buscaran a Jeremías y a Baruc, su escriba, y que los llevaran a su presencia porque era necesario que fueran castigados. Sin embargo, ambos escaparon de la furia del rey.

   “Sucedió, poco tiempo después, que el rey de Babilonia hizo una expedición contra Jehoiaquim, y éste recibió a aquel [en la ciudad] y se mostró temerario porque no creía en las predicciones del profeta y suponía que no sufriría ninguna cosa terrible y por eso no cerró las puertas de la ciudad ni armó pleito contra Nabucodonosor. Sin embargo, cuando el rey de Babilonia entró en la ciudad no observó los pactos que había hecho sino que asesinó a todos los que estaban en la flor de la edad y también a todos los mayores y también al rey Jehoiaquim, cuyo cadáver ordenó que fuera arrojado fuera de los muros de la ciudad y que no se le hiciera un entierro; luego hizo rey del país y de la ciudad a Joaquín, el hijo de aquel. Después tomó como cautivas a las personas prominentes de la ciudad, tres mil en número, y se las llevó exiliadas a Babilonia; entre estos cautivos estaba el profeta Ezequiel quien para ese entonces era sólo un joven. Y ese fue el fin del rey Jehoiaquim, quien había vivido treinta y seis años, de los cuales había reinado once. Pero Joaquín le sucedió en el reinado, y la madre de este se llamaba Nehustá, quien era nativa de Jerusalén. Él reinó tres meses y diez días

   “Pero un miedo repentino e inmenso se apoderó del rey de Babilonia, quien había hecho rey a Joaquín; temió que Joaquín le abrigara rencor por haber matado a su padre y que, como venganza, armara una revuelta contra él. Por lo tanto Nabucodonosor envió a su ejército a sitiar a Jerusalén y a Joaquín, pero como éste era de disposición gentil y tenía un carácter justo no quiso que la ciudad sufriera por su culpa y por eso tomó a su madre y a sus parientes y los envió a los comandantes babilonios y aceptó los juramentos de estos de que ni su familia ni la ciudad sufrirían daño. Pero este acuerdo no fue observado ni siquiera un año, porque el rey de Babilonia no lo cumplió sino que dio órdenes a sus generales de que tomaran a los jóvenes y a los artesanos como cautivos y se los llevaran, atados, ante él (el número de estos fue de diez mil ochocientos treinta y dos [2 Reyes 24.14]), y también a Joaquín, a su madre, y a sus amigos. Y cuando estos fueron llevados a su presencia él ordenó que fueran encarcelados y nombró al tío de Joaquín, Sedequías, como rey, y le hizo jurar que mantendría el reino por él y que no llevaría a cabo ningún cambio ni haría alianzas amistosas con los egipcios”.

   La Biblia concuerda con el orden de estos eventos. Aquí está el mismo orden de sucesos de acuerdo a la Biblia:

   Primero nos dice: “En [los días de Jehoiaquim] Nabucodonosor el rey de Babilonia subió, de modo que Jehoiaquim llegó a ser su siervo por tres años. Sin embargo, se volvió y se rebeló contra él” (2 Reyes 24.1). Según Josefo Babilonia forzó a Judá a vasallaje en el octavo año de Jehoiaquim... no en el tercero. Jeremías está de acuerdo con esto y registró que todo estuvo en calma durante su cuarto y quinto año y que el rey no tenía miedo de ningún ataque babilonio, y de hecho contradice la idea de que para ese tiempo hubieran habido exiliados. ¿Será que Jeremías inexplicablemente olvidó consignar a los exiliados de ese año? No, ¡simplemente no hubo ningún exilio en ese tiempo!

   Otras partes de la Biblia nos dicen lo que el rey de Babilonia le hizo a este rebelde: “Contra él subió Nabucodonosor el rey de Babilonia para sujetarlo con dos grilletes de cobre para llevárselo a Babilonia. Y Nabucodonosor llevó algunos de los utensilios de la casa de Jehová a Babilonia y entonces los puso en su palacio en Babilonia” (2 Crónicas 36.6,7). Sí, porque fue debido a la rebelión de Jehoiaquim que el ejército babilonio vino y tomó “algunos” de los utensdilios del templo. Evidentemente los grilletes nunca fueron usados porque Jehoiaquim fue asesinado, como lo confirma Daniel: “Nabucodonosor el rey de Babilonia vino a Jerusalén y procedió a ponerle sitio. Con el tiempo Jehová dio en su mano a Jehoiaquim el rey de Judá y una parte de los utensilios de la casa del Dios verdadero, de modo que él los llevó a la tierra de Sinar, a la casa de su dios” (Daniel 1.1,2). Sí, Jehová “dio en su mano” al rebelde rey judío, lo asesinó, y se llevó “una parte” de los utensilios del templo. Esto Josefo lo confirma.

   ¿Qué pasó después?: “Joaquín su hijo empezó a reinar en lugar de él […] y por tres meses y diez días reinó en Jerusalén”. ¿Por qué duró tan poco su reinado? Porque “a la vuelta del año el rey Nabucodonosor envió y procedió a llevarlo a Babilonia con objetos deseables de la casa de Jehová” (2 Crónicas 36.8-10). De hecho la Biblia confirma que Joaquín se rindió: “Joaquín el rey de Judá salió al rey de Babilonia, él con su madre y sus siervos y sus príncipes y sus oficiales de la corte; y el rey de Babilonia finalmente lo tomó”. Anteriormente, cuando Nabucodonosor mató a su padre, habían tomado solamente “algunos” de los utensilios del templo, pero ahora los babilonios tomaron “todos” los utensilios de oro del templo y “todos” los tesoros de la casa y se los llevaron consigo a Babilonia. “Entonces sacó de allí todos los tesoros de la casa de Jehová y los tesoros de la casa del rey, y pasó a cortar en pedazos todos los utensilios de oro que Salomón el rey de Israel había hecho” (2 Reyes 24.12-15). Después de eso el rey Nabucodonosor puso a Sedequías en el trono de Judá. Nuevamente se puede ver que todo esto concuerda con lo que escribió Josefo.

   Así que en el mismo año dos grupos de exiliados fueron tomados: Primero, cuando Jehoiaquim fue asesinado, tres mil dignatarios fueron tomados cautivos; luego, unos pocos meses después, “a la vuelta del año”, Nabucodonosor regresó y Joaquín fue llevado al exilio junto con diez mil personas más.

   Jeremías proporciona una lista de todos los dignatarios que fueron tomados y nos dice que los tres mil fueron tomados durante el séptimo año completo de Nabucodonosor (o su octavo año de reinado) (68): “Estas son las personas a quienes Nabucodonosor llevó al destierro: en el año séptimo, tres mil veintitrés judíos”. Este no es el exilio que ocurrió al final del tercer mes de reinado de Joaquín, cuando diez mil cautivos fueron tomados. No; este es el exilio que tuvo lugar después de que Jehoiaquim, su padre, fuera asesinado: El primer exilio, cuando tres mil fueron tomados. ¿Por qué Jeremías no dice que los tres mil fueron tomados durante el primer año de Nabucodonosor, como claman los apóstatas? Sencillamente porque no hubo ningún exilio en ese año (69).

   Como Jeremías dice, los tres mil fueron tomados después de que Jehoiaquim fuera asesinado. Él dice claramente que eso ocurrió en el séptimo año completo (o lo que es lo mismo, el octavo) del reinado de Nabucodonosor (68), y no en su primer año (el cual correspondería con el tercero de Jehoiaquim) como los apóstatas argumentan. (69) Si los judíos del siglo primero, al igual que su más respetado historiador, no creían en el ficticio exilio del tercer año de Jehoaquim (exilio que hoy por hoy los apóstatas y la cristiandad nos quieren hacer creer que sí ocurrió), entonces es muy probable que la congregación cristiana del siglo primero tampoco creyera en él; y eso es porque nunca ocurrió. Josefo, la Biblia, y el antigüo pueblo judío están en lo correcto, mientras que la moderna teoría del 587 aec. está equivocada.
Notas:
64- El “año cuarto” de Jehoiaquim fue también el “primer año” de Nabucodonosor (Jer 25.1), y corresponde a 625 aec. (según la cronología basada en la Biblia).
65- El año octavo de Jehoiaquim y el cuarto de Nabucodonosor corresponden a 621 aec. (según la cronología basada en la Biblia).
66- Es decir 618 aec.
67- Es decir, kislev de 624 aec. (según la cronología basada en la Biblia).
68- Es decir 618 aec. (según la cronología basada en la Biblia).
69- El primer año de Nabucodonosor (su año de ascenso) fue 605 aec., según la cronología seglar; o 625 aec., según la cronología basada en la Biblia.
  

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