11-
La conclusión.
Aquí
presentamos las profecías fallidas si 587 aec. es la fecha correcta de la
destrucción de Jerusalén.
Jerusalén inhabitada y en ruinas por setenta años:
Si
587 aec. es correcta, entonces la desolación terminó en 517 aec. Para ese
tiempo las casas habían sido reconstruidas y las cosechas habían estado
creciendo por veinte años ya (Ageo 1.4,11). Por otra parte, si la desolación
terminó en 537 aec. el periodo habría sido de sólo cincuenta años y no de
setenta. Pero si el periodo comenzó en el tercer año de Jehoiaquim la
desolación habría durado sesenta y ocho años y no setenta, y de esa manera
pasajes completos de Jeremías estarían equivocados. No importa cuál de estos
tres argumentos se use, en cualquiera de ellos la profecía falla. (53)
Setenta años de las naciones sirviendo al rey de
Babilonia:
Si
los setenta años comenzaron en el tercer año del reinado de Jehoiaquim, la
servidumbre habría durado sesenta y ocho años, no setenta. Si la servidumbre
comenzó en 609 aec. (cronología seglar) con la derrota de Asiria, Nabucodonosor
aún no habría sido hecho rey por otros dos años, y eso a pesar de que las
profecías dicen que las naciones le servirían a él y no a su padre. Una vez
hecho rey la servidumbre habría durado sesenta y ocho años y no setenta.
Tiro olvidada por setenta años:
El
periodo comenzó después de la destrucción de Jerusalén (Ezequiel 26.1), es
decir en 587 aec. como la fecha más temprana. El periodo terminó cuando las
ganancias de Tiro fueron hechas santas para Jehová (Isaías 23.14), en 537 aec.
(Esdras 3.1). Sólo cincuenta años habían pasado y no setenta. (54)
Egipto devastado por cuarenta años:
Ezequiel dio esta profecía en 570 aec. (Ezequiel 29.17) y la devastación
comenzó en 568 aec. Después de tan sólo treinta años Egipto ya tenía un rey y
mantenía una alianza con extranjeros, y todos los exiliados habían sido
liberados de Babilonia, y además Egipto era un reino lo suficientemente fuerte
como para desafiar al imperio persa. El periodo de cuarenta años habría
terminado en 528 aec.
Por
otro lado, ¡la fecha de 607 aec. encaja perfectamente con todas las cronologías
y profecías! No crea contradicciones, ni profecías fallidas, y no requiere de
complejos argumentos ni de ingeniosas explicaciones. Todo lo que uno tiene que
hacer es aceptar lo que la Biblia simple y llanamente dice: Que los setenta
años duran setenta años.
607 aec. es la única fecha que en realidad
funciona:
Aquí
está el resultado cuando aceptamos las matemáticas de la Biblia (de que setenta
años duran setenta años).
Jerusalén inhabitada y en ruinas por setenta años:
Si
607 aec. es correcto entonces la desolación termina justo a tiempo, en 537
aec., cuando los judíos estuvieron de regreso en sus ciudades. (3)
Setenta años de las naciones sirviendo al rey de
Babilonia:
Si
los setenta años comenzaron en 607 aec. la servidumbre duró setenta años
completos y Nabucodonosor fue rey desde el inicio de dicho periodo, como lo
establecen las profecías. (3)
Tiro olvidada por setenta años:
El
periodo comenzó después de la destrucción de Jerusalén (Ezequiel 26.1), es
decir en 607 aec. El periodo terminó precisamente setenta años después, cuando
las ganancias de Tiro fueron hechas santas para Jehová (Isaías 23.14), en 537
aec. (Esdras 3.1), cuando Tiro suministró materiales para el nuevo templo. (43)
Egipto devastado por cuarenta años:
Ezequiel dio su profecía en 590 aec. (Ezequiel 29.17) y la devastación
comenzó en 588 aec. Terminó exactamente cuarenta años después, en 548 aec. La
cronología seglar registra que un año después el rey de Egipto formó una
alianza con extranjeros. (46)
La
fecha de 607 aec. es la única que se ajusta, y no sólo eso sino que se ajusta extremadamente
bien. Si uno está “buscando la verdad”, como muchos promotores del 587 aec.
aseguran hacer, ¿no deberíamos descartar la fecha de 607 aec. solamente si
existiera una mejor explicación?, ¿es 587 aec. una mejor explicación?,
¿armoniza con la Biblia mejor de lo que lo hace el 607 aec.?
¡Ciertamente no!
La
única conclusión razonable es que 607 aec. es la fecha de la destrucción de
Jerusalén. Se tiene que estar extremadamente prejuiciado, rabiosamente opuesto
a los testigos de Jehová, o simplemente no creer en la inspiración de la
Biblia, para promover cualquier otra fecha. De acuerdo a la palabra de Dios, la
Biblia, la desolación comenzó con la ciudad de Jerusalén e inicio en 607 aec. Vea
nuestro esquema cronológico para tener un panorama de la entera cronología.
Mes a mes.
De
hecho, la fecha de 607 aec. incluso permite que los setenta años de desolación
inicien y terminen exactamente en el mismo mes. La Atalaya del 15 de
enero de 2006 explica:
“Los
fieles repatriados ofrecieron su primer sacrificio en el séptimo mes del año
537 aec. (tisri, correspondiente a septiembre-octubre). Los babilonios habían
entrado en Jerusalén en el quinto mes (ab, correspondiente a julio-agosto) del
año 607 aec., y dos meses después [en el séptimo mes], la ciudad había quedado
completamente deshabitada (2 Reyes 25. 8-17,22-26). Los setenta años de
desolación terminaron en el momento predicho (Jeremías 25.11, 29.10). Todo lo
que la Palabra de Jehová promete se cumple sin falta”.
Por
el contrario ni una sola de las teorías basadas en el 587 aec. crea tan
perfecta armonía; de hecho todas las cronologías basadas en el 587 aec.
provocan contradicciones masivas, hacen que cuatro profecías fallen (55),
y causan que pasajes completos de Jeremías parezcan equivocados.
Qué significan “realmente” los pasajes.
Pero
lo peor de todo es que las Escrituras, que en sí mismas son perfectamente
claras y entendibles, aparentemente requieren de un experto que nos diga lo que
realmente quieren decir.
Cuando la Biblia dice que Jerusalén y Judá fueron, ambas, devastadas por
setenta años, realmente no quiere decir setenta. Cuando habla de los
cuarenta años para Egipto, realmente no quiere decir cuarenta. Cuando
Jeremías dice que la tierra ´será´ devastada, lo que realmente quiere
decir es que ya lo había sido. Cuando la
Biblia dice que la tierra estaría deshabitada, realmente no quería decir
sin ningún habitante. Cuando la Biblia dice que todos los príncipes estaban en
Jerusalén, realmente no quería decir que todos estaban ahí. Cuando la
Biblia dice que Daniel fue entrenado por tres años antes de comparecer ante el
rey, realmente no quería decir que fueron tres años. Cuando dijo que
Tiro sería olvidada por setenta años hasta que ayudara a reconstruir el templo,
realmente no quería decir setenta. Y así por el estilo.
Esto
nos recuerda claramente las tácticas de los trinitarios; la manera en que ellos
tratan de complicar claras palabras y decir que la declaración “el Padre es
mayor que yo” en realidad no significaba eso. La Biblia
sencillamente no concuerda con el 587 aec., y los intentos por hacerla encajar
son artificiales, complicados, y terminan por hacer que se contradigan grandes
secciones de las Escrituras. Los apóstatas usan fechas cuyas fuentes son
desconocidos astrólogos paganos y a ellos les dan mayor credibilidad que a los
escritos inspirados de los fieles profetas de la Biblia, provocando que sus
profecías fallen. Y aún van más allá al jugar con la palabra de Dios: Inventando
un exilio que nunca ocurrió solamente para que se acomode a sus propias ideas.
Es verdaderamente una desgracia.
Por
otro lado nosotros, como testigos de Jehová, estamos determinados a confiar en
todo el registro de la Biblia y en lo que este registro dice, en vez de
en los escritos poco fiables de los historiadores, quienes, tal vez o tal vez no, pueden tener un interés
personal o razones para manipular la historia y hacerla encajar con sus propias
creencias.
Su decisión.
¿Aceptará usted la cronología de la Biblia y sus profecías inspiradas
-el punto de vista de Dios-, o creerá en la cronología seglar y el punto de
vista de historiadores humanos imperfectos y sus fechas que contradicen a la
Biblia?
Este
ensayo y el sitio web ha sido investigado, escrito, y creado por hermanos
quienes en un tiempo creyeron que el 607 aec. era incorrecto y que 587 aec. era
más creíble. Leímos los argumentos de los apóstatas y les creímos. Después de
un tiempo nos dimos cuenta que a los promotores del 587 aec. no los motivaba la
“búsqueda de la verdad”, como frecuentemente claman, sino más bien un arrogante
deseo de demostrar que la Sociedad Watchtower está equivocada, y probar que
ellos mismos son más inteligentes o más rectos que el pueblo de Jehová, al cual
ellos miran con evidente desprecio.
Después de mucha investigación ahora podemos ver que el año 607 aec.
realmente es el correcto de acuerdo a la Biblia. Como el apóstol advirtió, una
vez nosotros fuimos ´rápidamente removidos de Aquél que nos llamó con la
bondad inmerecida de Cristo y se nos pasó a otra clase de buenas nuevas. Pero
no eran otras; sólo que había algunos que nos estaban causando dificultades y
que querían pervertir las buenas nuevas acerca del Cristo´ (Gálatas 1.6,7),
pero ahora vemos claramente que los testigos de Jehová están en lo correcto y
que el 587 aec. está equivocado.
Hay
un libro muy popular que promueve la fecha de 587 aec., escrito por un apóstata
con un perturbador grupo de seguidores parecido a un culto. Para sacar a la
gente de la verdad él promueve el 587 aec. para desacreditar la doctrina de
1914, pero convenientemente olvida mencionar que el 587 contradice tanto a la
Biblia que, por supuesto, provoca que muchas profecías fallen.
Enmascarándose en una falsa piedad y fingiendo buscar la verdad ha
engañado a muchos haciéndoles creer en la cronología seglar. Usando métodos
retorcidos de interpretación ha logrado convencer a muchos de que la Biblia
apoya sus ridículas conclusiones.
Una
mujer que leyó su libro (y que abandonó la verdad convencida, erróneamente, de
que el 607 aec. es incorrecto) expresó que había “encontrado la verdad sobre
la verdad”,y luego citó a Jesús diciendo “la verdad los libertará”;
y estaba feliz de ya no tener que ir a las reuniones nunca más ni de predicar
públicamente, como Cristo ordenó, y de ser ahora más iluminada que los
ignorantes testigos de Jehová.
Sin
embargo ella, y miles como ella, han sido total y completamente engañadas.
Hablando de un asunto sobre divisiones en el primer siglo, el apóstol comentó:
“Hubo
un tiempo en que ustedes estaban haciendo buenos progresos, ¿quién los tomó
para que ya no estén convencidos de la verdad? Esa persuasión no viene de aquel
que los llamó, y ahora toda la masa se ha fermentado por causa de una pequeña
porción de levadura. A pesar de todo tengo confianza de que todos ustedes, los
que pertenecen a Cristo, no se desviarán de sus convicciones; pero en cuanto a
aquel que les causó dificultades, quienquiera que sea, cargará con la responsabilidad”
Gálatas 5.7-10 The 2001 New Testament.
Igualmente el apóstol dio consejos sobre cómo debemos tratar a los que
causan tales problemas: “Vigilen a los que causan divisiones y ocasiones de
tropiezo contrario a la enseñanza que ustedes han aprendido, y que los eviten.
Porque hombres de esa clase no son esclavos de nuestro Señor Cristo, sino de su
propio vientre; y con palabras melosas y habla lisonjera seducen los corazones
de los cándidos” (Romanos 16.17,18). Sí, porque “su palabra se esparcirá
como gangrena” (2 Timoteo 2.17).
Con esto
concluimos la sección principal de este ensayo.
Para más información consulte, por favor, el apéndice.
Notas:
53-
54-
55- Estas cuatro profecías fallidas son: 1) La de la desolación de setenta
años de Judá (Jer 25.11), 2) La de la servidumbre bajo Babilonia por setenta
años (Jer 25.11), 3) La de los setenta años que Tiro sería olvidada (Isa
23.15), 4) La de los cuarenta años de castigo para Egipto (Eze 29.10,11).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.